Reflexiones sobre la seguridad pública en el Proceso Bolivariano.

“El nuevo modelo policial es como un bebe recién nacido al que se le achaca los vicios del padre, sus malos hábitos y sus malas costumbres y se le etiqueta como inservible. Lo que no se ve a simple vista  es que el bebe es solo una cascara, una piel que utiliza el padre para disfrazarse de juventud y seguir con sus vicios pero con la aceptación de la sociedad que desea un progreso al socialismo”

El problema de la seguridad pública en Latinoamérica parece un tema postergado, con pocas excepciones y valiosas experiencias como la nicaragüense o la de la policía comunitaria del estado de Guerrero en México, pero en general sobre esa materia el Proceso Bolivariano ha dado grandes saltos positivos, aunque pareciese que se le agota el impulso y que hoy enfrenta la posibilidad de un retroceso.

Puede que uno al momento de analizar este tema desde una posición progresista preguntarse si la policía es una institución rescatable para un nuevo modelo de sociedad, siendo ésta en esencia una de las instituciones que más fuertemente representa al sistema del Capital y al Estado moderno Burgués, en un primer acercamiento pareciese que la institución policial no tendría cabida en una sociedad Socialista y mucho menos en una Comunista, pero siendo dura y profundamente autocríticos aún con los progresos sociales en general seguimos inmersos en el sistema capitalista, sus valores, sus instituciones, por lo que  no sería descabellado mantener una institución tan pro-capitalista, sobre todo cuando uno de nuestros problemas estructurales e histórico es en materia de seguridad pública. 

Si bien el problema de la delincuencia en general es posiblemente un punto débil en la teoría de izquierda, se han desarrollado algunas propuestas bastante interesantes como la Criminología crítica o la realista, yéndonos por la derecha el proceso es totalmente contrario, criminalizador de la pobreza, excluyente, altamente represivo y totalmente funcional al sistema, fortalecedor del machismo, el patriarcado y excluyente con la juventud y la diversidad sexual, ciertamente en una primera etapa de la UNES se logró colocar en la mesa de debate estos temas desde una perspectiva crítica hoy parece desplazada esta discusión, se muestra una cierta distancia entre la casa de estudio, las instituciones policiales y la comisión de reforma, situación que llama la atención dada la relevancia del tema y la manipulación de los medios de derecha del mismo.

Dentro del Proceso Bolivariano el abordaje de este problema fue tardío pero con una propuesta con grandes aspiraciones que han logrado al menos sentar unas nuevas bases para el ejercicio de la función policial, aunque en algunos casos se rayo en el idealismo respecto a la función del policía en una sociedad progresista, a demás de la primera Ley Orgánica en mas de 200 años de instituciones policiales y la introducción de la policía en la constitución, uno de esos grandes logros fue superar la nociva dicotomía entre oficiales y tropa, extrayendo parte de esa visión militarista que marcó la función policial en Latinoamérica influida por la Doctrina de Seguridad Nacional y otro que tal vez sea aun mas trascendental es la formación y el ejercicio en defensa y conservación de los Derechos Humanos.

Aunado a esto la fundación de la Universidad Experimental de la Seguridad fue un avance sin precedentes, pero que tal vez fue asumido muy inocentemente al punto de que bajo el panfleto del “Nuevo Modelo Policial” es esconde a su sombra el mismo viejo y oxidado modelo represivo y anticomunista, dentro de esta novel universidad, se que es un poco duro decirlo, pero sinceramente se que peor es callarlo, pero es que con la fundación de la universidad y en el marco de las contradicciones que presentan cualquier proceso social de cambio, se generaron dos instituciones paralelas, entremezcladas y excluyentes entre si, por un lado la UNES; formalmente instituida, con un programa jamas visto en la historia policial de la Humanidad, con gran participación civil y de las comunidades, con una visión critica del sistema y profunda vocación humanista y social. 
Pero por otra parte se generó una mutación de una institución caduca que vio la posibilidad de su supervivencia en teñirse de rojo-rojito, así es como el IUPM logra enquistarse dentro de la recién nacida UNES, logrando poco a poco virar el impulso izquierdista hacia un retroceso o contrarreforma, promoviendo toda una serie de antívalores dentro de la formación. Así se veía como los funcionarios que adiestraban a los jóvenes aspirantes a policías hacían retroceder cualquier avance en materia social, política, humanista e ideológica, retardaban los procesos, y en general eran un factor lastrante en cualquier cosa que pudiese implicar la profundización del cambio en la institución policial.

  En esa dinámica, funcionarios que actuaron el 11 de abril del 2002 contra el Pueblo 
y el orden constitucional no solo participan de la formación de los estudiantes, no solo asesoran en materia de seguridad pública, sino que muy descaradamente han sido detractores del mismo proceso de transformación de esa institución que por primera vez nos permitió un trato digno de un ser Humano, siendo que gran parte de los errores que se le pueden adjudicar a ese proyecto son responsabilidad de ese sector de la universidad. Existen dos universidades en materia de seguridad, la formal y la parasitaria, existen dos curriculums formativos, uno humanista y otro oculto antí socialista-comunista y proimperialista.
No se si es un error inocente pensar que de aquellos que empuñaron las armas contra el pueblo en febrero del 89, contra los patriotas en el 92 y que reeditaron en el 2002 otra traición a lo noble o lo correcto iban a cambiar fácilmente, creer que el verdugo del pueblo va a cambiar es muy idealista, pues está claro que la derecha, tanto la abierta como la infiltrada tienen muy claros sus planes de retroceso, traición y contrarevolución.

En cierto sentido todo esto se entiende y se podría explicar desde un análisis psicologista, todo el proceso de reforma y transformación atenta contra los privilegios el poder que representaba la institución policial, ellos desde la ignorancia defienden la meritocrácia que por derecho divino y herencia de sangre les corresponde…

Continuará

Esto lo digo con plena responsabilidad, respeto y compromiso con mi Pueblo y con El Comandante Chávez, de no tomar medidas es una traición a su legado

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